1. EL REINADO DE CARLOS IV
Tras la revolución francesa
(julio de 1789) se produjo en España el miedo al contagio revolucionario, por
lo tanto, la monarquía absoluta de Carlos IV (Rey que había llegado al trono en
1788) tomaron medidas como la censura en prensa, prohibición de viajar a
Francia y la represión de los grupos ilustrados para poner el fin a las
reformas ilustradas iniciadas en reinados anteriores. Más tarde nombró a varios
ministros (Godoy, Floridablanca, Conde Aranda) para gestionar la nueva situación.
El principal gobernante fue
Manuel Godoy, favorito de Carlos IV. Aunque siguió la política
antirrevolucionaria, hizo algunas reformas ilustrada en educación y en
economía. Incluyó en sus gobiernos a ministros ilustrados. Tuvo la oposición de
los nobles y de la Iglesia.
España se unió a una coalición internacional de los países europeos absolutistas contra el gobierno revolucionario de
Francia, se originó una guerra entre España y Francia (Guerra de la Convención).
La derrota de España obligó la firma de la Paz de Basilea y se restableció la
alianza tradicional de España en todo el siglo XVIII con Francia para luchar
contra Gran Bretaña. El efecto fue muy negativo para España: derrotas navales,
destrucción de la flota y pérdida de control de comercio con las colonias en
América.
Se produjo en España una
crisis económica y fiscal, caracterizada por:
• Crisis de subsistencia
tradicional: malas cosechas, mortalidad elevada, rentas altas para las
tierras... Pésima situación de campesinado.
• Paralización de la
fabricación de manufacturas. Ruina para la burguesía comercial.
• Déficit del Estado:
gastos superiores a los ingresos y fuerte endeudamiento para evitar la
bancarrota.
• Medidas de emergencia:
subidas de impuestos y primera desamortización: el Estado coge tierras de la
Iglesia y las vende a particulares. Esta medida rompe elementos claves del
Antiguo Régimen ya que el Estado absoluta anula privilegios de la Iglesia
católica y la propiedad de la Iglesia que era invendible entra en el mercado.
El expansionismo de
Napoleón forzó a Godoy y a Carlos IV a nuevas alianzas contra Gran Bretaña con
lo que resultó guerras no deseadas y nuevas derrotas. La más grave: Trafalgar.
Las derrotas aumentaron el
descontento de los nobles y los cleros contra Godoy y el Rey Carlos IV. Dirige
la oposición el príncipe de Asturias, futuro Fernando VII, quien propicia un motín
en Aranjuez que desestabilizó
completamente el sistema político:
- Godoy fue cesado
- Carlos IV fue forzado a abdicar en su hijo Fernando
VII.
- Carlos IV pidió ayuda a Napoleón para recuperar el trono.
- Carlos IV pidió ayuda a Napoleón para recuperar el trono.
- Napoleón intervino militar y políticamente en España:
trasladó la familia real a Bayona donde les hizo renunciar a la corona de
España en su favor. Fueron las abdicaciones de Bayona. Napoleón nombró Rey de
España a su hermano José I Bonaparte.
- Al mismo tiempo Napoleón concedió la llamada Constitución
de Bayona en el que se recogían algunas ideas ilustradas, aunque reservaba el
poder y la soberanía al Rey y a su gobierno. No era una Constitución sino una Carta
Otorgada.
Su objetivo era suavizar la
imposición de un gobierno francés y atraer a los grupos ilustrados.
Las abdicaciones de Bayona
y la ocupación militar francesa fueron rechazadas por la mayor parte de la
población que se sublevó de manera espontáneas. Así se inició la guerra de la
independencia.
2. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
El levantamiento popular en Madrid con las tropas
francesas del general Murat (suceso de 2 de mayo de 1808, inicio de la guerra
de la independencia) provocó una dura represión contra la población civil. En
días posteriores hubo levantamientos similares en otras localidades españolas.
Las características de la guerra:
• Nacional y patriótica contra los invasores y un
gobierno extranjero. Gran importancia de los grupos populares armados y
apoyados por la población civil: la guerrilla.
• Internacional: fue una más de las llamadas guerras
napoleónicas que hubo en Europa.
• No fue una guerra revolucionaria.
• La ideología dominante fue el absolutista y el
ultracatolicismo.
Las fases
de la guerra:
• Mayo/Octubre de 1808: tras la revuelta popular,
los primeros enfrentamientos entre el ejército español reforzado por patriotas
armados y el ejército francés.
• Octubre de 1808/Julio de 1812: se despliega la
hegemonía militar francesa con la llegada del propio Emperador Napoleón
conocido en toda Europa como la “Gran Armada”.
• Julio 1812/1814: el desgaste del ejército
francés que estaba en guerra en dos lugares muy alejados entre sí, España y el
Imperio ruso, favoreció una gran ofensiva aliada que consiguió sucesivas
derrotas de las tropas francesas.
La guerra finalizó con la
firma del Tratado de Valençay por el que Francia renunciaba a sus conquistas en
España y devolvía la corona a Fernando VII, quien regresó como rey a España y
su padre Carlos IV siguió viviendo en Francia donde murió años más tardes.
La organización
política durante la guerra
• Los franceses mantuvieron
la monarquía de José I Bonaparte y su gobierno de afrancesados. Aparentemente
era independiente, recibía órdenes de Napoleón y formaba parte de Imperio
francés. La guerra era dirigida por los franceses. En los asuntos civiles
inició tímidas reformas. Nombró ministros y altos cargos a ilustrados
españoles, conocidos con el nombre de afrancesados, que consideraban que este gobierno
era una oportunidad de “modernizar” la situación social en España.
• Los sublevados para
llenar el vacío de poder creado por las Abdicaciones de Bayona se organizaron Juntas
locales y provinciales (integradas por nobles, clérigos , burgueses ilustrados
o funcionarios) que asumieron el control del territorio no ocupado por los
franceses y la dirección de la guerra. Para coordinar estas juntas se creó la Junta
Suprema Central, que actuó como gobierno en nombre de Fernando VII. Más tarde
se nombró una Regencia compuesta por cinco personas y ésta convocó en 1810 una
reunión de Cortes Generales en Cádiz, única ciudad no ocupada por los
franceses.
Las
consecuencias de la guerra
• Demográficas: Reducción de la mano de obra y
despoblamiento de campos y ciudades.
• Económicas: Ruina casi total de la agricultura,
de la ganadería, del bosque, del artesanado e industrial y paralización del
comercio interior y colonial. Se acentúa la crisis iniciada a finales del siglo
XVIII: situación de ruina total de la población y del Estado.
• Sociales: Varios miles se exilian y otros fueron
expulsados de sus cargos y encarcelados. Eran ilustrados, burgueses y expertos
en leyes, economía, etc... Su ausencia perjudicó al conjunto de la sociedad.
• Culturales: Expolio artístico y destrucción de
edificios de gran valor arquitectónico.
• Políticas: Debilidad de Fernando VII y de su
gobierno facilitó la emancipación de las colonias americanas o la definitiva
supresión de derechos feudales.
3. LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE
1812
La Regencia convocó las
Cortés por las presiones de los ilustrados y el vacío de poder existente. Los
diputados debían ser de todos los territorios y representar a los tres estamentos,
pero no pudieron acudir a Cádiz por la guerra y la ocupación francesa. Fueron
sustituidos por otros resistentes en esa ciudad. La composición real de las
Cortés no existe ningún campesino ni mujer, inicialmente fueron 100 diputados y
al final unos 300.
Hubo dos grandes grupos
ideológico:
• los liberales, a favor a las reformas revolucionarias.
• los absolutistas, a favor de mantener el Antiguo
Régimen.
Ambos aceptaban a Fernando VII como Rey, aunque no le
atribuían los mismos poderes.
Los
objetivos de las Cortés fueron:
• Reformar las instituciones políticas, económicas y
jurídicas. Sustituir el Antiguo Régimen.
• Redactar una legislación liberal.
• Redactar una Constitución.
Se lograron a través de
decretos que establecían:
• Libertad de expresión y supresión de censura.
• Anulación del régimen señorial y supresión de los
señoríos jurisdiccionales.
• Supresión de los gremios. Libertad de trabajo, de
fabricación y de comercio.
• Abolición de la Inquisición.
• Desamortización de algunos bienes de la Iglesia.
• División administrativa en provincias: uniformidad y
centralización.
• Sistema económico para controlar gastos e ingresos del
Estado.
• Supresión de exención de impuestos a los privilegiados.
La
Constitución de 1812
La primera constitución
española que proclamó en 1812 pero no se aplicó hasta 1814 (sólo unos meses) y
el período de Trienio Liberal. Sirvió de modelo a numerosas constituciones
latinoamericanas tras su emancipación. Consta de 384 artículos y se fundamenta
en los principios básicos del Liberalismo burgués:
• Soberanía Nacional: Se rechaza el poder absoluto
del Rey Fernando VII
• División de Poderes: El Rey sólo tenía el poder
de proponer leyes al Parlamento, vetar leyes durante 2 años, mandar el ejército
y dirigir la política exterior.
- Legislativo:
Parlamento unicameral
- Ejecutivo:
El Rey y el gobierno
- Judicial:
Los jueces y tribunales independientes
• Declaración de Derechos individuales y
colectivos de los ciudadanos.
• Derecho a voto (sufragio universal masculino indirecto), todos los hombres mayores de 25 años que
tenían una cierta cantidad de renta anual, elegían a unos representantes que a
su vez elegían a los diputados.
• Elección directa de Alcaldes y concejales.
• Libertad económica (mercado sin aduanas
interiores).
• Derecho a la propiedad. Los antiguos privilegiados
no perderán su tierra ni su riqueza.
• Pago de impuestos por parte de todos los
ciudadanos.
• Estado confesional: la única religión permitida
y oficial: el Catolicismo.
• Creación de la milicia nacional: ciudadanos
armados para defender el liberalismo contra ataques absolutistas.
4. El REINADO DE
FERNANDO VII
• Sexenio Absolutista
Tras el Tratado de Valençay
con el reconocimiento de Fernando VII como rey de España y la vuelta a su
reino. Con el regreso surgió el problema de que el Rey debe aceptar la
Constitución de 1812. Esta era la pretensión de los liberales.
Sin embargo, un grupo de diputados absolutistas le presentaron un
documento, El Manifiesto de los Persas en el que le reclamaban la
vuelta al absolutismo. Fernando VII sintió apoyado y dio el Decreto de 4 de
mayo de 1814 por el que declaró ilegal la convocatoria de Cortes y nulos
la Constitución de 1812 y todos los decretos aprobados por las Cortes de Cádiz.
De esta manera restableció el absolutismo y todas sus tradicionales leyes e
instituciones. La situación internacional era favorable para la restauración
del absolutismo: Congreso de Viena y Santa Alianza, que significaban la vuelta
a la situación anterior a la Revolución de 1789.
Al mismo tiempo se inició una dura represión contra los liberales y los
afrancesados. Muchos de los primeros fueron encarcelados y la mayor parte de
los segundos se exiliaron. Muy pronto apareció la oposición al absolutismo: la
burguesía liberal, las clases medias urbanas, los antiguos héroes de la guerra
de la Independencia y recurrió a dos sistemas:
• La formación de sociedades patrióticas secretas en las
que se conspiraba para intentar derribar al gobierno mediante un estallido
revolucionario.
• Los Pronunciamientos militares dirigidos por militares
liberales contra el Rey para obligarle a aceptar la Constitución de 1812 y el
liberalismo. Hubo varios intentos que fracasaron sucesivamente hasta en que
triunfó el Pronunciamiento del Coronel Riego.
El gobierno absolutista
tuvo que afrontar la tarea de rehacer un país desecho y unas colonias
reveladas, lo que era imposible. La crisis económica de décadas anteriores se
empeoró al mantener la exención fiscal para los privilegiados. Resultado: falta
de producción, falta de recursos, endeudamiento brutal y paralización del
comercio. La situación se derrumbó con la Emancipación de las colonias
americanas.
• El Trienio Liberal
El Coronel Riego se sublevó
en Cádiz en 1820 y proclamó la Constitución de Cádiz. El Rey, tras unos meses
de incertidumbre política y ante la falta de apoyos militares claros, juró la
Constitución de 1812.
Se formó un gobierno
liberal y se restauraron gran parte de las reformas aprobadas en las Cortes de
Cádiz. Pretendían anular el feudalismo en el campo, liberalizar la industria y
el comercio, cobrar impuestos a los privilegiados, modernizar la administración
y crear la Milicia Nacional para defender liberalismo.
Sus reformas tuvieron la
oposición de la monarquía, la nobleza y el clero. El Rey recurrió al veto y a
la conspiración contra el gobierno; los privilegiados animaron a la revuelta
popular contra el gobierno. También el campesinado se revolvió al no se
reconocieron sus peticiones (reparto de tierras o rebaja de impuestos) y se le
gravó con impuestos monetizados. En general, los liberales tenían escaso apoyo
popular, excepto en las clases medias, poco numerosas.
La aplicación del programa
de reformas dividió a los liberales en dos grupos:
• Los moderados, relacionados con las Cortes de Cádiz,
más conservadores. Partidarios de realizar las reformas con lentitud y pactadas.
• Los exaltados, protagonistas del pronunciamiento, más
jóvenes y partidarios de cambios más radicales y rápidos.
Los continuos
enfrentamientos entre los liberales y el rey, llevaron a Fernando VII a
solicitar ayuda a la Santa Alianza para recuperar su soberanía. El Congreso de
Verona ordenó a Francia intervenir militarmente en España para restaurar el
absolutismo. El ejército francés (los Cien Mil Hijos de San Luis) obtuvo una
fácil victoria sobre los liberales, que no tuvieron el apoyo popular y restauró
a Fernando VII como rey absoluto. El gobierno liberal fue definitivamente
derrotado en Cádiz y sus dirigentes hechos prisioneros.
• La década ominosa. La segunda vuelta al absolutismo
Fue un periodo de gobierno
absolutista de rechazo total al liberalismo. Anuló las reformas anteriores y
reestableció las normas del Antiguo Régimen. Inició una dura represión
antiliberal. Nuevo exilio hacia Francia y Gran Bretaña de burgueses e
intelectuales.
El gobierno se caracterizó
por una política errática, apoyándose en diferentes grupos según el momento.
Esta situación no satisfizo ni a absolutistas ni a liberales, ni a un tercer
bando que surgió, compuesto por monárquicos reformistas y liberales moderados.
Persistieron los problemas
económicos, agravados por la pérdida definitiva de las colonias, aunque se
inició una lenta recuperación demográfica y los primeros síntomas de
industrialización en Cataluña y en Andalucía. La población siguió teniendo muy
bajos niveles de renta per cápita ocasionados por el atraso de la
agricultura, el estancamiento de la industria y el comercio y la ruina de la
hacienda pública.
Las reformas económicas
necesarias para evitar la crisis total exigieron un acercamiento del gobierno a
la burguesía financiera e industrial, que fue mal visto por los sectores más
conservadores que se agruparon bajo el liderazgo de Carlos María Isidro,
hermano del Rey.
• El conflicto dinástico
En
1829 Fernando VII enviudó por tercera vez y dado que no tenía hijos, la
sucesión al trono pasaría a su hermano Carlos
María Isidro, líder del bando absolutista que se denominaba apostólico o
realista.
Los liberales y los
reformistas querían evitar esta situación. Por lo que propusieron al rey un
cuarto matrimonio, con su sobrino María Cristina de Borbón. A los pocos meses
del matrimonio la reina quedó embarazada.
Por si que naciera fuera
una niña, Fernando VII aprobó la Pragmática Sanción y derogó la Ley Sálica de
origen francés, que impedía que una mujer accediera al trono y que volvía a
dejar la corona en mano de don Carlos. Los realistas se negaron a aceptarla y
apoyaron a Carlos en su reivindicación al trono.
En octubre de ese año nació
una niña, Isabel, dejando fuera de la sucesión a don Carlos, y más aún cuando,
en 1832, nació una segunda hija. Mª Luisa Fernanda.
Ese mismo año los realistas
reaccionan y consiguen que Fernando VII, enfermo, derogase la Pragmática
Sanción y dejara fuera del trono a sus hijas. La reina apoyada por los
liberales y reformistas, defendió los derechos de su hija ante Fernando VII,
quien anuló la revocación de la Pragmática Sanción. Isabel volvía a ser
heredera del trono.
Fernando
VII murió en 1833, y su hija Isabel II, de tres años de edad, fue nombrada
reina, bajo la regencia de su madre, María Cristina. Carlos Mª Isidro declaró a
su sobrina usurpadora y se proclamó rey con el nombre de Carlos V. Con el apoyo
de los realistas (nobles y cleros) inició la 1ª Guerra Carlista. Más que un
conflicto entre tío y sobrina fue entre dos modelos de sociedad y de sistema político:
liberal y absolutista.
5. LA AMÉRICA ESPAÑOLA
El siglo XVIII fue de
prosperidad económica basada en el comercio entre los territorios coloniales y
la metrópoli (España). Desarrolló un poderoso grupo burgués americano influido
por las ideas ilustradas. Proyectos independentistas por discriminación en
cargos coloniales, impuestos y control del comercio. Gran Bretaña azuzará los
movimientos independentistas.
A partir de 1808 las
colonias no se sometían a José Bonaparte y crearon Juntas, pero tampoco se
sometían a la autoridad de la Junta Suprema Central española.
En 1810 Argentina,
Venezuela y México proclamó la independencia. En las Cortes de Cádiz hubo
representantes de las colonias. Fernando VII en 1814 envió un ejército de 10000
hombre que no pudo imponer su control sobre Paraguay o Argentina. La
intransigencia real favorecerá la extensión del movimiento independentista.
La independencia no
solucionó los problemas internos del territorio latinoamericano. La idea de
crear una América unida fracasó. Fraccionamiento por poder de los caudillos
militares. Además, los criollos olvidarán a la población indígena, negra o
mestiza. Como resultado se producen convulsiones sociales.
La independencia política
no supondrá a independencia económica. España será sustituida por Gran Bretaña
y los Estados Unidos en el control de la economía de los países
latinoamericanos. En 1823 el presidente de los EEUU proclama la “Doctrina
Monroe” que planteaba “América para los americanos”. En la práctica este
planteamiento suponía la hegemonía económica de los EEUU en el continente
americano que con las burguesías nacionales se harán también con el control
político.
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