lunes, 16 de enero de 2017

Tema 1 - Crisis Del Antiguo Régimen


1. EL REINADO DE CARLOS IV
Tras la revolución francesa (julio de 1789) se produjo en España el miedo al contagio revolucionario, por lo tanto, la monarquía absoluta de Carlos IV (Rey que había llegado al trono en 1788) tomaron medidas como la censura en prensa, prohibición de viajar a Francia y la represión de los grupos ilustrados para poner el fin a las reformas ilustradas iniciadas en reinados anteriores. Más tarde nombró a varios ministros (Godoy, Floridablanca, Conde Aranda) para gestionar la nueva situación.
El principal gobernante fue Manuel Godoy, favorito de Carlos IV. Aunque siguió la política antirrevolucionaria, hizo algunas reformas ilustrada en educación y en economía. Incluyó en sus gobiernos a ministros ilustrados. Tuvo la oposición de los nobles y de la Iglesia.
España se unió a una coalición internacional de los países europeos absolutistas contra el gobierno revolucionario de Francia, se originó una guerra entre España y Francia (Guerra de la Convención). La derrota de España obligó la firma de la Paz de Basilea y se restableció la alianza tradicional de España en todo el siglo XVIII con Francia para luchar contra Gran Bretaña. El efecto fue muy negativo para España: derrotas navales, destrucción de la flota y pérdida de control de comercio con las colonias en América.
Se produjo en España una crisis económica y fiscal, caracterizada por:
Crisis de subsistencia tradicional: malas cosechas, mortalidad elevada, rentas altas para las tierras... Pésima situación de campesinado.
Paralización de la fabricación de manufacturas. Ruina para la burguesía comercial.
Déficit del Estado: gastos superiores a los ingresos y fuerte endeudamiento para evitar la bancarrota.
Medidas de emergencia: subidas de impuestos y primera desamortización: el Estado coge tierras de la Iglesia y las vende a particulares. Esta medida rompe elementos claves del Antiguo Régimen ya que el Estado absoluta anula privilegios de la Iglesia católica y la propiedad de la Iglesia que era invendible entra en el mercado.
El expansionismo de Napoleón forzó a Godoy y a Carlos IV a nuevas alianzas contra Gran Bretaña con lo que resultó guerras no deseadas y nuevas derrotas. La más grave: Trafalgar.
Las derrotas aumentaron el descontento de los nobles y los cleros contra Godoy y el Rey Carlos IV. Dirige la oposición el príncipe de Asturias, futuro Fernando VII, quien propicia un motín en Aranjuez que desestabilizó completamente el sistema político:
- Godoy fue cesado
- Carlos IV fue forzado a abdicar en su hijo Fernando VII.
- Carlos IV pidió ayuda a Napoleón para recuperar el trono.
- Napoleón intervino militar y políticamente en España: trasladó la familia real a Bayona donde les hizo renunciar a la corona de España en su favor. Fueron las abdicaciones de Bayona. Napoleón nombró Rey de España a su hermano José I Bonaparte.
- Al mismo tiempo Napoleón concedió la llamada Constitución de Bayona en el que se recogían algunas ideas ilustradas, aunque reservaba el poder y la soberanía al Rey y a su gobierno. No era una Constitución sino una Carta Otorgada.
Su objetivo era suavizar la imposición de un gobierno francés y atraer a los grupos ilustrados.
Las abdicaciones de Bayona y la ocupación militar francesa fueron rechazadas por la mayor parte de la población que se sublevó de manera espontáneas. Así se inició la guerra de la independencia.
2. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
El levantamiento popular en Madrid con las tropas francesas del general Murat (suceso de 2 de mayo de 1808, inicio de la guerra de la independencia) provocó una dura represión contra la población civil. En días posteriores hubo levantamientos similares en otras localidades españolas.
Las características de la guerra:
• Nacional y patriótica contra los invasores y un gobierno extranjero. Gran importancia de los grupos populares armados y apoyados por la población civil: la guerrilla.
• Internacional: fue una más de las llamadas guerras napoleónicas que hubo en Europa.
• No fue una guerra revolucionaria.
• La ideología dominante fue el absolutista y el ultracatolicismo.
Las fases de la guerra:
Mayo/Octubre de 1808: tras la revuelta popular, los primeros enfrentamientos entre el ejército español reforzado por patriotas armados y el ejército francés.
Octubre de 1808/Julio de 1812: se despliega la hegemonía militar francesa con la llegada del propio Emperador Napoleón conocido en toda Europa como la “Gran Armada”.
Julio 1812/1814: el desgaste del ejército francés que estaba en guerra en dos lugares muy alejados entre sí, España y el Imperio ruso, favoreció una gran ofensiva aliada que consiguió sucesivas derrotas de las tropas francesas.
La guerra finalizó con la firma del Tratado de Valençay por el que Francia renunciaba a sus conquistas en España y devolvía la corona a Fernando VII, quien regresó como rey a España y su padre Carlos IV siguió viviendo en Francia donde murió años más tardes.
La organización política durante la guerra
• Los franceses mantuvieron la monarquía de José I Bonaparte y su gobierno de afrancesados. Aparentemente era independiente, recibía órdenes de Napoleón y formaba parte de Imperio francés. La guerra era dirigida por los franceses. En los asuntos civiles inició tímidas reformas. Nombró ministros y altos cargos a ilustrados españoles, conocidos con el nombre de afrancesados, que consideraban que este gobierno era una oportunidad de “modernizar” la situación social en España.
• Los sublevados para llenar el vacío de poder creado por las Abdicaciones de Bayona se organizaron Juntas locales y provinciales (integradas por nobles, clérigos , burgueses ilustrados o funcionarios) que asumieron el control del territorio no ocupado por los franceses y la dirección de la guerra. Para coordinar estas juntas se creó la Junta Suprema Central, que actuó como gobierno en nombre de Fernando VII. Más tarde se nombró una Regencia compuesta por cinco personas y ésta convocó en 1810 una reunión de Cortes Generales en Cádiz, única ciudad no ocupada por los franceses.
Las consecuencias de la guerra
Demográficas: Reducción de la mano de obra y despoblamiento de campos y ciudades.
Económicas: Ruina casi total de la agricultura, de la ganadería, del bosque, del artesanado e industrial y paralización del comercio interior y colonial. Se acentúa la crisis iniciada a finales del siglo XVIII: situación de ruina total de la población y del Estado.
Sociales: Varios miles se exilian y otros fueron expulsados de sus cargos y encarcelados. Eran ilustrados, burgueses y expertos en leyes, economía, etc... Su ausencia perjudicó al conjunto de la sociedad.
Culturales: Expolio artístico y destrucción de edificios de gran valor arquitectónico.
Políticas: Debilidad de Fernando VII y de su gobierno facilitó la emancipación de las colonias americanas o la definitiva supresión de derechos feudales.
3. LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
La Regencia convocó las Cortés por las presiones de los ilustrados y el vacío de poder existente. Los diputados debían ser de todos los territorios y representar a los tres estamentos, pero no pudieron acudir a Cádiz por la guerra y la ocupación francesa. Fueron sustituidos por otros resistentes en esa ciudad. La composición real de las Cortés no existe ningún campesino ni mujer, inicialmente fueron 100 diputados y al final unos 300.
Hubo dos grandes grupos ideológico:
• los liberales, a favor a las reformas revolucionarias.
• los absolutistas, a favor de mantener el Antiguo Régimen.
Ambos aceptaban a Fernando VII como Rey, aunque no le atribuían los mismos poderes.
Los objetivos de las Cortés fueron:
• Reformar las instituciones políticas, económicas y jurídicas. Sustituir el Antiguo Régimen.
• Redactar una legislación liberal.
• Redactar una Constitución.
Se lograron a través de decretos que establecían:
• Libertad de expresión y supresión de censura.
• Anulación del régimen señorial y supresión de los señoríos jurisdiccionales.
• Supresión de los gremios. Libertad de trabajo, de fabricación y de comercio.
• Abolición de la Inquisición.
• Desamortización de algunos bienes de la Iglesia.
• División administrativa en provincias: uniformidad y centralización.
• Sistema económico para controlar gastos e ingresos del Estado.
• Supresión de exención de impuestos a los privilegiados.
La Constitución de 1812
La primera constitución española que proclamó en 1812 pero no se aplicó hasta 1814 (sólo unos meses) y el período de Trienio Liberal. Sirvió de modelo a numerosas constituciones latinoamericanas tras su emancipación. Consta de 384 artículos y se fundamenta en los principios básicos del Liberalismo burgués:
Soberanía Nacional: Se rechaza el poder absoluto del Rey Fernando VII
División de Poderes: El Rey sólo tenía el poder de proponer leyes al Parlamento, vetar leyes durante 2 años, mandar el ejército y dirigir la política exterior.
     - Legislativo: Parlamento unicameral
     - Ejecutivo: El Rey y el gobierno
     - Judicial: Los jueces y tribunales independientes
Declaración de Derechos individuales y colectivos de los ciudadanos.
Derecho a voto (sufragio universal masculino indirecto), todos los hombres mayores de 25 años que tenían una cierta cantidad de renta anual, elegían a unos representantes que a su vez elegían a los diputados.
Elección directa de Alcaldes y concejales.
Libertad económica (mercado sin aduanas interiores).
Derecho a la propiedad. Los antiguos privilegiados no perderán su tierra ni su riqueza.
Pago de impuestos por parte de todos los ciudadanos.
Estado confesional: la única religión permitida y oficial: el Catolicismo.
Creación de la milicia nacional: ciudadanos armados para defender el liberalismo contra ataques absolutistas.
4. El REINADO DE FERNANDO VII
• Sexenio Absolutista
Tras el Tratado de Valençay con el reconocimiento de Fernando VII como rey de España y la vuelta a su reino. Con el regreso surgió el problema de que el Rey debe aceptar la Constitución de 1812. Esta era la pretensión de los liberales.
Sin embargo, un grupo de diputados absolutistas le presentaron un documento, El Manifiesto de los Persas en el que le reclamaban la vuelta al absolutismo. Fernando VII sintió apoyado y dio el Decreto de 4 de mayo de 1814 por el que declaró ilegal la convocatoria de Cortes y nulos la Constitución de 1812 y todos los decretos aprobados por las Cortes de Cádiz.
De esta manera restableció el absolutismo y todas sus tradicionales leyes e instituciones. La situación internacional era favorable para la restauración del absolutismo: Congreso de Viena y Santa Alianza, que significaban la vuelta a la situación anterior a la Revolución de 1789.
Al mismo tiempo se inició una dura represión contra los liberales y los afrancesados. Muchos de los primeros fueron encarcelados y la mayor parte de los segundos se exiliaron. Muy pronto apareció la oposición al absolutismo: la burguesía liberal, las clases medias urbanas, los antiguos héroes de la guerra de la Independencia y recurrió a dos sistemas:
• La formación de sociedades patrióticas secretas en las que se conspiraba para intentar derribar al gobierno mediante un estallido revolucionario.
• Los Pronunciamientos militares dirigidos por militares liberales contra el Rey para obligarle a aceptar la Constitución de 1812 y el liberalismo. Hubo varios intentos que fracasaron sucesivamente hasta en que triunfó el Pronunciamiento del Coronel Riego.
El gobierno absolutista tuvo que afrontar la tarea de rehacer un país desecho y unas colonias reveladas, lo que era imposible. La crisis económica de décadas anteriores se empeoró al mantener la exención fiscal para los privilegiados. Resultado: falta de producción, falta de recursos, endeudamiento brutal y paralización del comercio. La situación se derrumbó con la Emancipación de las colonias americanas.
• El Trienio Liberal
El Coronel Riego se sublevó en Cádiz en 1820 y proclamó la Constitución de Cádiz. El Rey, tras unos meses de incertidumbre política y ante la falta de apoyos militares claros, juró la Constitución de 1812.
Se formó un gobierno liberal y se restauraron gran parte de las reformas aprobadas en las Cortes de Cádiz. Pretendían anular el feudalismo en el campo, liberalizar la industria y el comercio, cobrar impuestos a los privilegiados, modernizar la administración y crear la Milicia Nacional para defender liberalismo.
Sus reformas tuvieron la oposición de la monarquía, la nobleza y el clero. El Rey recurrió al veto y a la conspiración contra el gobierno; los privilegiados animaron a la revuelta popular contra el gobierno. También el campesinado se revolvió al no se reconocieron sus peticiones (reparto de tierras o rebaja de impuestos) y se le gravó con impuestos monetizados. En general, los liberales tenían escaso apoyo popular, excepto en las clases medias, poco numerosas.
La aplicación del programa de reformas dividió a los liberales en dos grupos:
• Los moderados, relacionados con las Cortes de Cádiz, más conservadores. Partidarios de realizar las reformas con lentitud y pactadas.
• Los exaltados, protagonistas del pronunciamiento, más jóvenes y partidarios de cambios más radicales y rápidos.
Los continuos enfrentamientos entre los liberales y el rey, llevaron a Fernando VII a solicitar ayuda a la Santa Alianza para recuperar su soberanía. El Congreso de Verona ordenó a Francia intervenir militarmente en España para restaurar el absolutismo. El ejército francés (los Cien Mil Hijos de San Luis) obtuvo una fácil victoria sobre los liberales, que no tuvieron el apoyo popular y restauró a Fernando VII como rey absoluto. El gobierno liberal fue definitivamente derrotado en Cádiz y sus dirigentes hechos prisioneros.
• La década ominosa. La segunda vuelta al absolutismo
Fue un periodo de gobierno absolutista de rechazo total al liberalismo. Anuló las reformas anteriores y reestableció las normas del Antiguo Régimen. Inició una dura represión antiliberal. Nuevo exilio hacia Francia y Gran Bretaña de burgueses e intelectuales.
El gobierno se caracterizó por una política errática, apoyándose en diferentes grupos según el momento. Esta situación no satisfizo ni a absolutistas ni a liberales, ni a un tercer bando que surgió, compuesto por monárquicos reformistas y liberales moderados.
Persistieron los problemas económicos, agravados por la pérdida definitiva de las colonias, aunque se inició una lenta recuperación demográfica y los primeros síntomas de industrialización en Cataluña y en Andalucía. La población siguió teniendo muy bajos niveles de renta per cápita ocasionados por el atraso de la agricultura, el estancamiento de la industria y el comercio y la ruina de la hacienda pública.
Las reformas económicas necesarias para evitar la crisis total exigieron un acercamiento del gobierno a la burguesía financiera e industrial, que fue mal visto por los sectores más conservadores que se agruparon bajo el liderazgo de Carlos María Isidro, hermano del Rey.
El conflicto dinástico
En 1829 Fernando VII enviudó por tercera vez y dado que no tenía hijos, la sucesión al trono pasaría a su hermano Carlos María Isidro, líder del bando absolutista que se denominaba apostólico o realista.
Los liberales y los reformistas querían evitar esta situación. Por lo que propusieron al rey un cuarto matrimonio, con su sobrino María Cristina de Borbón. A los pocos meses del matrimonio la reina quedó embarazada.
Por si que naciera fuera una niña, Fernando VII aprobó la Pragmática Sanción y derogó la Ley Sálica de origen francés, que impedía que una mujer accediera al trono y que volvía a dejar la corona en mano de don Carlos. Los realistas se negaron a aceptarla y apoyaron a Carlos en su reivindicación al trono.
En octubre de ese año nació una niña, Isabel, dejando fuera de la sucesión a don Carlos, y más aún cuando, en 1832, nació una segunda hija. Mª Luisa Fernanda.
Ese mismo año los realistas reaccionan y consiguen que Fernando VII, enfermo, derogase la Pragmática Sanción y dejara fuera del trono a sus hijas. La reina apoyada por los liberales y reformistas, defendió los derechos de su hija ante Fernando VII, quien anuló la revocación de la Pragmática Sanción. Isabel volvía a ser heredera del trono.
Fernando VII murió en 1833, y su hija Isabel II, de tres años de edad, fue nombrada reina, bajo la regencia de su madre, María Cristina. Carlos Mª Isidro declaró a su sobrina usurpadora y se proclamó rey con el nombre de Carlos V. Con el apoyo de los realistas (nobles y cleros) inició la 1ª Guerra Carlista. Más que un conflicto entre tío y sobrina fue entre dos modelos de sociedad y de sistema político: liberal y absolutista.
5. LA AMÉRICA ESPAÑOLA
El siglo XVIII fue de prosperidad económica basada en el comercio entre los territorios coloniales y la metrópoli (España). Desarrolló un poderoso grupo burgués americano influido por las ideas ilustradas. Proyectos independentistas por discriminación en cargos coloniales, impuestos y control del comercio. Gran Bretaña azuzará los movimientos independentistas.
A partir de 1808 las colonias no se sometían a José Bonaparte y crearon Juntas, pero tampoco se sometían a la autoridad de la Junta Suprema Central española.
En 1810 Argentina, Venezuela y México proclamó la independencia. En las Cortes de Cádiz hubo representantes de las colonias. Fernando VII en 1814 envió un ejército de 10000 hombre que no pudo imponer su control sobre Paraguay o Argentina. La intransigencia real favorecerá la extensión del movimiento independentista.
La independencia no solucionó los problemas internos del territorio latinoamericano. La idea de crear una América unida fracasó. Fraccionamiento por poder de los caudillos militares. Además, los criollos olvidarán a la población indígena, negra o mestiza. Como resultado se producen convulsiones sociales.
La independencia política no supondrá a independencia económica. España será sustituida por Gran Bretaña y los Estados Unidos en el control de la economía de los países latinoamericanos. En 1823 el presidente de los EEUU proclama la “Doctrina Monroe” que planteaba “América para los americanos”. En la práctica este planteamiento suponía la hegemonía económica de los EEUU en el continente americano que con las burguesías nacionales se harán también con el control político.

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